Temu ofrece una función poco conocida pero muy útil para quienes compran con frecuencia: si el precio de un producto baja dentro de los 30 días posteriores a la compra, podés reclamar la diferencia y recibirla como crédito en tu cuenta. Eso sí, el ajuste solo aplica si se trata exactamente del mismo artículo, publicado por el mismo vendedor, con las mismas características, y dentro de la plataforma Temu, por lo que no se consideran precios de competidores ni ofertas externas.
Paso a paso para solicitar el reintegro
- Ingresá a la app o la web de Temu con tu cuenta.
- Andá a la sección de “Mis pedidos”.
- Seleccioná la compra en cuestión.
- Si el artículo cumple con las condiciones, vas a ver el botón “Solicitar ajuste de precio”.
- Al hacer clic, el sistema verifica automáticamente si el precio bajó y, si corresponde, te muestra el monto que se te reintegrará.
- Aceptás y en pocos minutos el crédito se suma a tu saldo en Temu.

Después, podés verificar en la sección de créditos que se haya reembolsado adecuadamente. Sin embargo, ten en cuenta que este reembolso no se hace a la tarjeta con la que pagaste. Solo se mantendrá en tu cuenta Temu para futuras compras. Por ejemplo, si compraste una remera por $10.000 y a los 10 días baja a $8.500, podés recuperar esos $1.500 como crédito interno.
¿Qué más deberías tener en cuenta?
El beneficio no aplica siempre a todos los productos: si tu compra se hizo con cupones de Temu, en una promoción relámpago o si el artículo ya tenía descuento, lo más probable es que no puedas pedir el reintegro. Tampoco verás la opción si el precio subió o si no hubo ninguna variación desde que realizaste el pedido.
Por eso, una buena estrategia es aprovechar este beneficio en épocas donde es común que los precios bajen, como días previos a eventos especiales o temporadas de liquidación. También es clave revisar tu historial de pedidos dentro del primer mes, ya que los precios pueden cambiar más de una vez y en poco tiempo. No subestimes el impacto: esos créditos acumulados pueden servirte para reducir lo que pagás en futuras compras, sin que tengas que hacer prácticamente nada. ¡Solo necesitás estar atento!